LA CUEVA
En el corazón del valle de Camargo, próximo a la localidad de Escobedo, se encuentra esta cueva de amplia boca y vestíbulo de dimensiones monumentales. Fue excavada en 1878 por Marcelino Sanz de Sautuola y desde ese momento ha sido objeto de numerosas exploraciones arqueológicas que han culminado con el descubrimiento de un importante panel de pinturas rojas en 1997.
El estudio de su yacimiento arqueológico ha aportado información clave, al igual que en El Castillo, para el conocimiento del comportamiento humano, la evolución humana y tecnológica, a través del Hombre de neandertal y el Homo sapiens. De este modo, su secuencia estratigráfica y arqueológica, que se inicia al menos hace unos 82.000 a.C. y alcanza hasta el 1.500 a.C., están en el punto de mira de las discusiones científicas.
Además de reconocer actividades vinculadas a la cotidianeidad de estos grupos humanos, el importante conjunto de arte mueble y piezas ornamentales, asociadas a las primeras ocupaciones del Homo sapiens, indican que este espacio subterráneo fue utilizado con otros fines de carácter social. Durante la Edad del Bronce, ya a las puertas de nuestra sociedad, se reconoce el uso del espacio con fines rituales, al haberse encontrado enterramientos y “ofrendas” depositadas entre el caos de bloques.
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